He aprendido a no juzgar el actuar del otro desde mis creencias, porque lo que puede ser bueno para mí, para otro puede ser malo. También he aprendido a agradecer y bendecir por todo lo que me pasa a diario, entendiendo que todo lo que me pasa tiene un motivo y una razón de ser, además de a tomar conciencia de mis emociones.
Como se dice en Chile: ¡Le pude sacar la foto a toda mi familia! Entiendo por qué cada uno de nosotros actúa como actúa; el porqué de mi excesiva timidez, el alcoholismo de un sobrino muy querido, mi hermana “separada” de su marido que actúa como actúa. Es impresionante cómo la mente puede de un minuto a otra entender tanto.
Un Curso de Milagros vino a ratificar lo que sentía muy dentro de mi corazón, que somos uno con Dios y todos estamos conectados. Solo el amor nos hace libres y nuestro mundo dual nos limita el producto de nuestras creencias, en especial de creer que somos el cuerpo y no un alma en una experiencia humana. Resonancias familiares fue intenso y transformador, principalmente comprender que llevamos toda una historia familiar que nos influye directamente en lo que hoy somos, que repetimos patrones arraigados en nuestro clan. Las vidas difíciles o situaciones en general son originadas por experiencias pasadas, que debe haber alguien del clan que repare esa pena y ese dolor para liberar y obtener el bienestar. Lo importancia de aprender a autoindagarnos, porque conociéndonos podremos entender el porqué, para qué y cómo me relaciono y me proyecto en las personas con quienes interactúo. ¡Maravilloso!
De la misma manera, al final no importa dónde estemos, lo que debemos comprender es que somos lo que somos porque estamos permanentemente proyectando en el otro y polarizando nuestra propia realidad, puesto que la necesitamos para sentirnos conformes.Cada día es un día más para practicar la conciencia de unión, que lo que le hago a otro me lo hago a mí, y al final a todos.Si quiero ser feliz debo brindar felicidad.
La Bioneuroemoción es reaprender; es volver a nuestra esencia pura de amor incondicional, donde ya no nos sentimos separados, y como tal nos reconocemos como hermanos de un mismo padre. Aprendemos a reconocer nuestras emociones para entender el para qué y porqué actuamos de una u otra forma debido a todas aquellas creencias heredadas de nuestro clan. ¡Lo recomendaría con los ojos cerrados!