El espejo. Lo veo cada vez que me aparece un atisbo de juicio, enseguida me veo ahí o veo mi resonancia familiar.
Me encuentro más despierta y aún más responsable de mi destino que antes (ya había comenzado mi camino décadas atrás). Ahora lo veo a cada paso.
Durante el Posgrado (2016), además de aprender a trabajar con el método, logré algo importantísimo: animarme y comenzar a viajar sola por la Argentina para dar mis talleres y acompañamientos (que ya hacía antes en Buenos Aires); en el curso de Resonancias familiares, profundicé la autoindagación. Allí percibí aún más cambios en la relación con mi esposo, me desperté. Durante 2018 seguí practicando todo esto; y este año 2019, en el Viaje del Héroe, estoy dando el salto a nuevos desafíos, lanzándome en lo profesional a enseñar, escribir, seguir atendiendo a gente, darme a conocer más. ¡Ah! y desde 2016, junto a una compañera que conocí gracias a ustedes, conducimos Onda Cuántica, eso también tiene que ver con el Enric Corbera Institute y con mi cambio. Años atrás me lo habían ofrecido de la radio y lo había rechazado.
La Bioneuroemoeción me aportó muchas herramientas para mi consultorio. Mucha más gente me consulta porque ahora ya no necesito derivar a todos a consulta grupal (era mi herramienta para profundizar), sino que en una sesión se puede abrir y cerrar un tema.
Claro que lo recomiendo. Es una forma de abordar cualquier asunto que nos haga conflicto, ya sea personal o interpersonal. No es interpretativo y te lleva, en cada consulta, a estar más despierto, a gestionar mejor tus emociones para que estén en armonía con lo que piensas y con lo que decides hacer.