Los días lunes asisto a clases de Un Curso de Milagros. Al inicio tenía cierta resistencia a la persona que dirige, hacía juicios hacia ella. Poco a poco he aprendido a respetarla y sacar de ella todo su conocimiento y estoy agradecida por ello. He quitado el juicio y he podido ver su esencia.
He aprendido a reconocer qué es mío y qué no, a cuestionar ante las distintas situaciones qué significan y qué me quieren decir. Poco a poco he aprendido a decir lo que me incomoda y sin bronca. He aprendido a vivir el día y me siento a gusto conmigo mismo.
El Postgrado me ha enseñado a ubicar historias, identificar su relación con mi árbol, aclarar conceptos como percepción, proyección, espejo, responsabilidad… Entender mi día a día de una forma diferente, siempre en presente, sin culpas e integrando las distintas vivencias. El curso de Emociones tras los Síntomas me brindó la oportunidad de abrirme, expresar, aprender a escuchar y observar al otro, entender el para qué de mis situaciones conflictivas y me dio la oportunidad de trabajar un problema puntual de no expresión y dolor de mandíbula que me impedía “masticar” una situación concreta. La ubiqué, salió y se alivió la molestia. Confirmé que tomar conciencia es la única manera de encontrar soluciones y liberar ataduras.
He dado unas clases de los distintos tipos de acompañamiento y he empezado a acompañar.
La Bioneuroemoción es un método humanista que busca el bienestar personal, tiene como objetivo ubicar emociones y experiencias que han marcado nuestras vidas y, mediante un acompañamiento, se indaga el estrés o situación de dificultad reviviendo el momento previo desde la emoción. Una vez ubicado el motivo se busca la resonancia en el entorno familiar o los antepasados. Si logramos ver de dónde provienen nuestros problemas o estrés podemos cambiar la emoción y encontrar una respuesta. Depende de cuánto quieras indagar y la decisión que tengas de tomar conciencia y modificar la experiencia de estrés. El trabajo es tuyo.