Cuando me levanto por las mañanas , me entrego a mi doble , le pregunto qué quiere que haga en el día y me desentiendo, esperando una señal. Puedo asegurar que las señales son muchas, de esta manera concluyo mi día con todas mis expectativas.
He dejado de lado el control y entrego mi día a mi <yo> cuántico. Salgo a la calle a realizar mi rutina diaria laboral o lo que sea y las cosas se dan de otra manera , es decir desde el deseo y no desde la necesidad, mi universo ya no me presenta necesidades.
Saber que no existe la suerte ni la mala suerte , que lo que me guste o disguste tiene que ver conmigo y que el otro no existe, todo lo que me pasa es el resultado de mis pensamientos, sustentados por mis creencias, percepciones y programas inconscientes.
Atendiendo personas, lo aplico con ellos porque creo que enseñando el método es como uno aprende cada día más y me animo a decir que todos ellos son mis mejores maestros. Ellos me muestran en el día a día sus experiencias y en eso no hay un libro mejor.
Siempre ante cualquier malestar o problema social , explico el sentido biológico y el sentido simbólico. Es para mí la mejor carnada para el despertar de las personas y si les interesa hacemos una sesión, previa explicación del método. Hasta ahí porque la persona tiene que resonar con ese simple intento y si no lo hace es porque la Bioneuremoción no es para ella y es inútil perseguir a alguien para ayudarlo.