He aprendido sobre mí mismo. He comprendido que la causa de lo que sucede en mi vida no está fuera, sino que es mi propia información la que se manifiesta. He aprendido que el mundo que percibimos no es real, sino una interpretación. He aprendido que nada existe separado de lo demás y que todo está unido en un perfecto y continuo movimiento, del que es posible participar activa y conscientemente.
Ha cambiado gran parte de lo que conocía de mí. Ha cambiado mi percepción, mi cosmovisión y hasta algunos de los valores que perseguía en el pasado. Han cambiado mis relaciones interpersonales, mis actividades cotidianas y algunos de mis gustos. Se han reducido los niveles de estrés. Ha cambiado mi percepción de mí mismo, logrando contactar, incipientemente, con mi verdadera identidad. Han cambiado mis herramientas para relacionarme con el mundo, por lo cual, mi vida es ahora un constante proceso de aprendizaje.
Permitirme observar cada situación desde perspectivas diferentes en simultáneo a que ocurren. Identificar mis reacciones emocionales y poder gestionarlas. Escuchar los mensajes de mi cuerpo, comprenderlos e iniciar el proceso de cambio.
Con el trato a los compañeros de trabajo. Comprendiendo sus miedos, sus motivaciones e intenciones, y, desde allí, pararme en otro lugar para reaccionar e interactuar con ellos.
La Bioneuroemoción es una posibilidad. La vida que conocemos es una ilusión y esta posibilidad, la Bioneuroemoción, permite pararnos en el camino que, de elegir transitar, nos conduce a conocernos en profundidad, a contactar con la verdad y a experimentar un proceso de transformación que solo es posible describir al vivenciarlo.