Cuando me molesta la actitud de alguien, me paro, me autoindago y busco cuál es mi proyección. Por ejemplo, utilizando el hilo de Ariadna, con el que puedes observar realmente que es lo que se está repitiendo que a simple vista no puedes ver.
En mi vida personal ha cambiado (y sigue haciéndolo) mi percepción de la realidad. Al cambiar yo, mi mundo ha cambiado. Como ejemplo puedo decir que he descubierto que he llegado a ser la persona más egoísta, tóxica, victimista, demandante y dependiente que he conocido. Cuando ves lo que te haces a través del otro es imposible mirar hacia otro lado. Y aquí estoy, redescubriéndome.
De forma muy resumida es que el “otro no existe”. Con esta frase, ante cualquier conflicto, todas las piezas se caen.
Sobre todo con el efecto observador. Como yo observo crea un efecto al otro.
Cuando alguien me pregunta qué es la Bioneuroemoción, siempre respondo que es un método que estudia la relación que existe entre las emociones y los conflictos, además de utilizarlo como método para descifrar lo que esconde el inconsciente, para poder encontrar qué información se esconde detrás de las dificultades que nos vamos encontrando a lo largo de la vida, qué programas heredamos y qué creencias nos limitan. Que la vida es una proyección y que liberarse de lo que nos limita o nos bloquea, es el mejor regalo que nos podemos hacer. Y sí, siempre lo recomiendo.