Cada vez que hay algo en mí, que percibo exagerado o que me provoca un ” ruido” mental, una molestia física… o estoy justo en medio de un lío que se genera a mi alrededor (aunque aparentemente no tenga nada que ver) me pongo a practicar la autoobservación, a respirar despacio.
Siento que ha cambiado mi forma de relacionarme con los demás, y conmigo misma. Con los demás me veo más como espejo, me doy cuenta de hasta qué punto proyecto mi necesidad en los otros, mis búsquedas etc., y a hacerme cargo de ello. A no ser reactiva (no desde el cuerpo, porque desde afuera soy muuuy tranquila jaja , sino desde adentro). También ha pasado y pasa, que se acercan personas con dudas, ” problemas”, a que les diga o haga algo y allí practico lo aprendido.
He aprendido un método para descubrirme, para indagarme, para relacionarme mejor con los demás y conmigo misma. A observar mis miedos, sin miedos. A eliminar culpas, proyecciones, juicios. Esto en la formación de Posgrado en Bioneuroemoción. Luego en el Viaje del Héroe, a suspender un poco más mi mente, a esperar mucho menos, a comprender a mis padres muchísimo más y adquirir mayor libertad.
A realizar lo que quiero, lo que necesito, lo que es coherente con mi búsqueda de equilibrio.
Lo recomiendo ampliamente. La explico a través de ejemplos, de experiencias personales. Lo invito a ver algún vídeo, o hacer un acompañamiento etc.