Si cuando alguien habla mal de alguien o de mí, automáticamente comienzo a ver por qué lo hace, porque sé que está hablando de sí mismo e incluso ni me enoja, lo comprendo, parece increíble pero así lo siento.
Todo, me divorcié, dejé mi carrera anterior, tengo más amigas que antes, no tengo miedos de salir de estar en lugares públicos de que alguien pueda lastimarme y hago tal o cual cosa. Ahora vivo sola, mis hijos ya empezaron su vida de adultos y todos estamos mejor.
He aprendido a gestionar mis momentos de dificultad, a comprender al otro y a mí, a ver la vida completamente distinta a lo que veía, a vivir en paz conmigo.
Comprendí que trabajaba y estudiaba tanto en eso que en realidad estaba buscando ayuda a mí misma. Ahora si bien sigo colaborando con las instituciones de la niñez cuando me solicitan asesoramiento, ya no me dedico a eso, hago sesiones de Bioneuroemoción y me va muy bien porque siento la respuesta de la gente los cambios profundos para bien que tienen.
Cuando alguien comenta tal problema, vulgarmente hablando así digo: ¿te has hecho Bioneuroemoción? A mí en lo personal me cambió la vida para bien en todos los sentidos. Es una manera de ver para qué te suceden esas cosas. Cuando llegas a la punta del hilo, lo encontraste y comienzas a comprender de tal manera que pareciera un bálsamo de luz mágica que debes saber utilizarlo para revolverlo, te sentís libre.