No juzgo a las personas por lo que hacen o no hacen, comprendo y decido si seguir tratando con ellas o no. Pienso en para qué me suceden las cosas en la vida constantemente y muchas veces llego a comprenderlo. Pienso en la resonancia mía y observo a quienes tengo a mi alrededor para comprender como estoy yo.
He logrado mayor serenidad y veo que mi entorno me demuestra mayor afecto y agradecimiento.
He aprendido a no juzgar, a ponerme en el lugar del otro (esto me ha ayudado mucho también en la profesión).
Por ejemplo, cuando establezco un honorario y propuesta profesional, lo hago realmente desde el lugar del cliente y he tenido mucho éxito. Además hago mi trabajo con amor y, aunque no sea trabajo humanitario, mis clientes me demuestran mucho afecto y gratitud.
Es un método para comprender para qué nos suceden las cosas y cambiar la percepción para aprender a vivir mejor.